Sobre "Nosotros"

Hola, a ver como lo hago para que no te aburras en cero coma uno, primero me muestro yo para que después, si lo deseas, te muestres tu.

Primeramente, te voy a ser muy sincero, lo que hago lo hago para mi bienestar emocional y económico, nadie hace nada por amor al arte (o eso dicen). Para mi sorpresa he aprendido a saborear los gritos y sonrisas de los niños que antaño me incomodaban, me ha enseñado a escuchar, agradecer y venerar a los mayores, acostarme y levantarme agradecido por la maravilla de lo que existe, acoger la incomodidad de lo desconocido, a observar sin juicios, a escuchar de verdad al otro.

No tengo la carrera de psicología, te lo digo de entrada para que no sigas perdiendo tu tiempo si eres de los que dan más fuerza al título que a la persona que hay detrás. Te voy a explicar porqué y algo más.

Mira, no soy especial, me crie en una familia con grandes desórdenes afectivos y relacionales, el miedo a los demás, la soledad, la indefensión, la rebeldía, la huida, la búsqueda de mamá, han marcado mi vida.

Una infancia llena de visitas a médicos y centros de salud mental... Así, que reconozco que no son santos de mi devoción (los médicos, psicólogos y psiquiatras). Con los años he aprendido a considerar, respetar y valorar más y mejor su trabajo, pero una cosa sí que tengo clara, el saber no hace al sabio, ni el título te hace un profesional competente, tanto en los estudios académicos como en los no académicos.

Ni ningún sanador ni técnica hace magia, eres tú quien te sanas.

Así transcurrió toda mi infancia y adolescencia, con mis traumas, tratando de encajar en mi familia, en el colegio, con mis amigos, en el instituto, pero solo me sentía realmente tranquilo, sin estrés, centrado, cuando me ensimismaba con mis juguetes, cuando me escapaba al monte, construí un gran mundo interior en detrimento del mundo exterior que rechazaba y no lograba encajar, por aquel entonces sentía que el mundo era malo e injusto, que los demás no me comprendían, no me aceptaban, no se abrían a ver lo valioso y rico que era...pero, esa era mi tarea, bueno, una de ellas;

dejar de echar la culpa a los demás de mis desgracias

Me encantaba leer a Freud, Jung, Lacan, Antoni de Melo, Jodorowsky, Rumi, Erich Fromm, Clarissa Pinkola, etc, etc, pero también me encantaban los libros sobre el budismo, metafísica, naturaleza, la fantasía, la ciencia ficción, sobre guerras, historia y como no, estaba enamorado de Thor, Supermán, Spiderman, Mazinguer Z, Hulk, Pipi Calzaslargas, Vicky el Vikingo, la Abeja Maya, E.T., Yoda... Me encantaba (y aún me encanta), perderme y sentir en mi piel el abrazo de la naturaleza, observar y dejarme llevar por un cielo o un paisaje hipnóticos, fundirme y sentir que soy todo eso también.

Odié, complací, renegué, me obligué a amar y después de todo, comprendí el regalo de tener unos padres así.

No todo es malo, al contrario, me emociono al revivir la imagen de mi madre, al rememorar el suave tacto de su mano tantas veces acariciada en sus últimos años de vida, su mirada y su voz amorosa, su frustración cuando de niño me perseguía para darme con la zapatilla y yo reía porque no me pillaba, me construyó en tantas cosas buenas...y mi padre, su ilusión hacia mí, gran luchador, que no nos abandonó, que no se fue en pos de su sueño personal, que a pesar de todo, fue un buen y honesto hombre con sus gigantescas heridas. No tenían el conocimiento ni la educación ni la conciencia para haberlo hecho como a mi me hubiera gustado, pero lo hicieron lo mejor que supieron, sin maldad, con la imperfección perfecta de la naturaleza de los traumas que ambos arrastraban.

A mis 36 años lo tenía todo encarrilado, era un perfecto Peter Pan narcisista acomplejado y perdido de mi mismo. No pude seguir ignorando mi tristeza perenne, mi sentimiento de soledad desgarradora, mi necesidad de ser "normal", de encajar... Año 2006, conocí la Terapia Regresiva Integral (TRI), impartida por un brasileño de la pampa, barba, pelo gris, de mirada profunda, penetrante, voz grave y honda y más noble y buena persona que hubiera conocido, Joao Talayer...buah, esa era la mía, jajaja...y se abrió una puerta preciosa al conocimiento práctico de las profundidades de la mente y del alma humana y de las posibilidades inmensas que ofrecía tal conocimiento.

Tejimos una estrecha amistad y anduvimos haciendo formaciones varios años, aprendí mucho sobre hipnosis, el inconsciente, el psicoanálisis, el mundo de los espíritus, las energías, la vidas pasadas, el viaje en el vientre de mamá y la primera infancia.

Te digo que ya era buen terapeuta en esos momentos y barato, ahora lo soy mucho mejor ¿a qué esperas?

Tenía hambre, devoré todo lo que me atraía, en el 2011 hice otra formación durante dos años con el gran Luís Antonio Martínez creador de la TRR (Terapia Regresiva Reconstructiva), estudié el Eneagrama, profundicé en el mundo de la Asociación Espirita Española, hice talleres de Kinesiología, me formé en PNL, constelaba a saco con mis pacientes, me formé en Radiestesia, Reiki, en Bio Interhemisfic Proces (B.I.P), en Piscogenealogía, y en 2014 me cayó la bomba cuando conocí la Biodescodificación de la mano de Rafael Marañón y Enric Corbera.

En el periodo de 2014 al 2023 fui haciendo múltiples formaciones en Biodescodificación con el grande de Rafa Marañón y Bioneuroemoción, ya de la mano de Enric Corbera Institut, de las que cabe destacar el Diplomado y el Master en Bioneuroemoción, estando autorizado y certificado oficialmente por el Instituto para realizar acompañamientos.

Llevo desde el 2006 acompañando a cientos de personas y todo este bagaje no habría tenido sentido si hubiera olvidado lo más importante...que todos tenemos la herida del trauma, que socava aspectos cruciales de nuestra persona, que para nuestro inconsciente el otro y el tiempo no existen, que todo esta interconectado y que cada situación dolorosa o incómoda (las positivas también) que vivimos debe ser atendida, pues es una oportunidad preciosa para crecer y avanzar en nuestro bienestar o bien Ser y en el de todos los que nos rodean...Que cada persona que viene a visitarse es un espejo donde siempre me miro y del que me alimento, por eso entiendo la relación como un Nosotros, porque siempre estamos mejorando.

Mi satisfacción, si consigo ayudarte, es tu alegría sincera sabiendo, que aporto algo hermoso a ti y a la vida.

Ah, ya no soy tan barato.